A la memoria de José Agustín

 

El martes 16 de enero –de los corrientes– a la edad de 79 años, murió José Agustín (1944–2024), quien fue uno de los escritores –si no es que el primero– en inaugurar la literatura de los Universos Juveniles denominada de “La Onda”, por Margo Glantz, que incluía a Gustavo Sainz y a Parménides García Saldaña, entre otros. Aunque José Agustín, no estaba de acuerdo con tal denominación, por considerarla reduccionista. La relevancia de sus escritos es haber descrito y narrado a aquellos chicos y a aquellas chicas de las clases medias urbanas de la Ciudad de México, de la década de los 60s, los 70s, e incluso de los 80s y 90s, principalmente. Al respecto, cómo no recordar textos claves y paradigmáticos: La Tumba (1964) –su primera novela trabajada en el taller literario de Juan José Arreola– o, De perfil (1966).

José Agustín, marcó a una parte de nosotros–de nuestra generación por irreverente, ingenioso, de humor fino y además, importantísimo: de alma “rockanrolera” como muchas y muchos de nosotros, ya que visibilizó las diversas estéticas juveniles, las vivencias y experiencias con las drogas, la descripción de lo subterráneo–lo underground, los consumos culturales –musicales– practicas sexuales y vivencias del amor–el desamor, los viajes cósmicos, las preocupaciones económicas–existenciales–políticas y, formas específicas de hablar, de comunicarse, de ser y estar en este mundo, alejados y en contraposición, a los  solemnes, autoritarios y aburridos mundos adultos. No en balde, lo recordaremos por vivir, referir y nombrar a la “contracultura”, hecha particularmente a través de los espíritus juveniles en México de esas épocas –La Contracultura en México. La historia y el significado de los rebeldes sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas (1996)–.

Hasta siempre y, que en paz descanses, en el lugar del Universo donde ahora te encuentras, querido: José Agustín.


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